La relación entre el aborto y la salud mental ha sido un tema sumamente controversial a lo largo de los años. De hecho, existen diversos mitos que vinculan el aborto con consecuencias negativas para la salud mental de las mujeres, tales como depresión, ansiedad y hasta el supuesto “síndrome postaborto”.
¿Qué es el “síndrome postaborto”?
El “síndrome postaborto” es una supuesta serie de síntomas posteriores a la interrupción del embarazo, el cual está principalmente difundido por grupos que se oponen a la legalización del aborto. El “síndrome postaborto” presuntamente produce cuadros de ansiedad, estrés, pérdida del sueño y del apetito y depresión, entre otros. Algunos lo comparan con estrés postraumático pero relacionado con el aborto.
Es complejo hablar del supuesto “síndrome postaborto”, ya que está basado en estudios sesgados con discursos tendenciosos que comparan la experiencia de mujeres en contextos marginados que abortaron en diferentes etapas, incluyendo trimestres avanzados, bajo condiciones insalubres y sin siquiera considerar si el embarazo era deseado o no.
Sin embargo, cabe destacar que hasta el momento no existe evidencia científica que demuestre que interrumpir un embarazo en condiciones seguras se asocie con síntomas depresivos. “Lo que sí existe es una asociación entre las condiciones psicosociales en que se lleva a cabo dicha interrupción y el malestar que algunas mujeres pueden experimentar después”, explica la doctora Luciana Ramos Lira, investigadora de la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz en México.
Contrario a las afirmaciones del supuesto “síndrome post aborto”, existen estudios internacionales que demuestran que las mujeres que deciden abortar se sienten aliviadas y satisfechas con su decisión. De hecho, la evidencia científica muestra que la salud mental de una persona puede verse significativamente afectada si se le niega un aborto. Mujeres a las que se les negó un aborto reportan un aumento de la ansiedad, una menor autoestima y una menor satisfacción con la vida en los días posteriores a que se les negó el aborto.
La evidencia científica muestra claramente que el aborto seguro no causa más problemas de salud mental que la denegación del aborto seguro.
Mitos del aborto respecto a la salud mental.
A continuación te presentamos algunos mitos del aborto que hablan de un supuesto impacto negativo en la salud mental de las mujeres y te explicamos cómo impactan en realidad:
Mito: El aborto causa depresión
Realidad: El procedimiento del aborto en sí no es un detonante de depresión para las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, sin embargo, algunos estudios indican que padecer depresión antes de abortar sí se relaciona con el desarrollo de síntomas de depresión después del procedimiento. Aunado a esto, se encuentra el estigma social respecto al aborto, lo cual provoca un malestar aún más grande en las mujeres que deciden interrumpir su embarazo.
Mito: El aborto es un evento traumático que imposibilita a las mujeres retomar una vida tranquila
Realidad: Las mujeres que han abortado pueden presentar sensaciones de tristeza y estrés que irán disminuyendo con el paso del tiempo. Esto es completamente normal y tan es así que después de 5 años, el 95% de las mujeres aseguran haber tomado la mejor decisión, retomando sus planes a futuro con una sensación de alivio sin mayor problema.
Mito: El aborto condena a las mujeres a una vida de arrepentimiento y tristeza
Realidad: Los abortos que tienen lugar en condiciones seguras no están relacionados con el desarrollo de enfermedades mentales, suicidio o abuso de sustancias a largo plazo. Contrario de lo que sucede con las mujeres obligadas a continuar con sus embarazos no deseados, quienes además de no contar con recursos para satisfacer las necesidades básicas de ellas y sus hijas/os, pueden quedar atrapadas en situaciones de violencia por sus parejas y desarrollar trastornos de ansiedad.
Aborto y salud mental en Latinoamérica
La mayoría de estudios respecto al aborto y la salud mental han sido realizados en países como Estados Unidos, Australia, Países Bajos o Nueva Zelanda. En Latinoamérica apenas algunos países como Cuba, México, Argentina, Colombia y Uruguay han legalizado el aborto en su totalidad, por lo que las investigaciones tienen relativamente poco tiempo de empezar.
No obstante, exploraciones en Ciudad de México arrojan datos interesantes, como el que 1 de 4 mujeres tras un aborto presentan malestares emocionales como un reflejo a la toma de decisiones estresantes. Estas sensaciones son similares a la vergüenza, culpa y
enfado, pero cabe destacar que se trata de mujeres que estuvieron expuestas a mayores niveles de estigma social como consecuencia de su decisión.
Como conclusión, en lo que la mayoría de estudios concuerdan es que las mujeres que tuvieron la oportunidad de decidir así sobre sus cuerpos, su autonomía y su propia reproducción, bajo condiciones seguras, mejoró la sensación de control sobre su vida en general, brindándoles una nueva perspectiva para desarrollar su futuro libremente.