Durante décadas, la conversación en torno a la provisión del aborto ha estado fuertemente dominada por profesionales de la salud, clínicas e instituciones. Sin embargo, en todo el mundo —incluso en lugares donde el acceso al aborto es legal y accesible— muchas personas embarazadas gestionan de forma segura sus abortos utilizando pastillas, siguiendo instrucciones verificadas y con el apoyo emocional de sus comunidades.
Este blog explora el aborto autogestionado no como un “último recurso”, sino como una herramienta esencial para la seguridad, la autonomía corporal y la justicia social.
¿Qué es un aborto autogestionado (SMA)?
Un aborto autogestionado es el uso de pastillas abortivas (solo misoprostol o la combinación de misoprostol y mifepristona) fuera de un entorno clínico formal, sin supervisión médica, pero siguiendo información precisa y confiable para un aborto seguro. Este proceso puede ser seguro, privado y una afirmación de la autonomía de una persona sobre su cuerpo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomienda el aborto autogestionado como una intervención de autocuidado.
Existen muchas razones por las cuales una persona puede decidir tener un aborto autogestionado, y estas pueden depender de factores como el costo, la facilidad de acceso, las restricciones legales, entre otros. Cualquiera sea la razón por la que una persona elija esta opción, es válida y debe ser apoyada.
Es importante destacar que el aborto autogestionado es una práctica de larga data en diversas culturas y comunidades alrededor del mundo. El descubrimiento de la eficacia y seguridad del misoprostol para inducir abortos fue realizado por las propias mujeres, y tuvo un impacto global en la reducción de la mortalidad entre personas embarazadas.
Cabe señalar que solo recomendamos los abortos autogestionados cuando se realizan con pastillas abortivas —mifepristona y misoprostol, o solo misoprostol— y con instrucciones precisas.
Aborto autogestionado (SMA) y desigualdades en salud
Los abortos autogestionados (SMA) con pastillas han ganado una enorme popularidad en los últimos tiempos; sin embargo, es un hecho conocido que el acceso a una atención segura para el aborto nunca ha sido distribuido de forma equitativa. Esto se hace aún más evidente con el auge del SMA.
En muchas partes del mundo, especialmente en el Sur Global, la atención al aborto está limitada por factores como el estigma y las restricciones legales. Incluso en lugares donde el aborto es legal, quienes buscan abortar enfrentan varias barreras, como:
- Costo: El costo de acceder a un aborto clínico suele ser más alto de lo que las personas con ingresos bajos o medios pueden pagar. Para muchas mujeres, los hospitales y clínicas públicas de su comunidad no ofrecen este servicio, por lo que su única opción clínica es acudir a un hospital privado, lo que representa un costo más elevado. En países como Estados Unidos, donde algunos estados prohíben el aborto en todas sus etapas, muchas personas deben viajar a estados más liberales. Los gastos de viaje, junto con el costo del servicio clínico, resultan inalcanzables para la mayoría.
- Discriminación: Grupos marginados como personas racializadas o de la comunidad LGBTQ+ pueden ser negadas al acceso a servicios de salud por prejuicios del personal médico o, en su defecto, recibir atención deficiente. Esto puede hacer que la experiencia del aborto sea negativa. Por ejemplo, algunos proveedores creen erróneamente que las mujeres negras e hispanas tienen mayor tolerancia al dolor que las mujeres blancas, por lo que es menos probable que se les receten analgésicos. Las personas LGBTQ+ también pueden sufrir homofobia, transodio o ser malgenerizadas.
- Factores geográficos: Las personas que viven en zonas rurales pueden tener acceso limitado a instalaciones sanitarias adecuadas, mientras que quienes viven en áreas más desarrolladas cuentan con centros médicos bien equipados, lo que pone en desventaja a comunidades desatendidas. En otros casos, debido a restricciones legales en su país o estado, deben viajar para recibir atención clínica.
Estas barreras reflejan una inequidad profundamente arraigada sobre quién merece autonomía, atención al aborto e información. El auge del aborto autogestionado puede verse entonces como una solución frente a estas barreras sistémicas, y no como una opción de segunda. No es una decisión imprudente, sino muchas veces la opción más discreta, accesible y digna para quienes no pueden o no quieren acceder a atención médica formal. Cuando un aborto es autogestionado con las pastillas correctas y siguiendo instrucciones precisas, es extremadamente seguro y eficaz.
Sin embargo, incluso como solución, el aborto no está exento de inequidades en salud.
El acceso a las pastillas, a información precisa mediante herramientas digitales y a estrategias de reducción de daños varía según la ubicación geográfica, el idioma, los ingresos y el nivel de acceso a internet de quien busca abortar. Algunas personas también enfrentan consecuencias más graves, como vigilancia, acoso o arresto por autogestionar su aborto.
Reducción de daños en la práctica
Según Ipas, la reducción de daños es un enfoque basado en evidencia para reducir los riesgos de salud, incluidos los que provienen de abortos inseguros.
Un enfoque de reducción de daños en torno al aborto busca disminuir los riesgos sin emitir juicios morales ni estigmatizar. Se trata de encontrarse con las personas donde están y ofrecerles herramientas e información para reducir riesgos relacionados con abortos inseguros. Este enfoque también reconoce la autonomía de quienes buscan abortar y cambia el foco desde la criminalización y el estigma hacia el cuidado.
La reducción de daños en la atención del aborto se manifiesta en:
- Proveer información precisa y accesible sobre cómo autogestionar un aborto de forma segura (dosificación, cuándo buscar ayuda, etc.)
- Asegurar que las personas tengan suficiente información para reconocer signos de complicaciones poco comunes y saber cómo buscar atención médica, incluso en contextos restrictivos.
- Ofrecer herramientas digitales como Ally, el chatbot para abortos seguros, y el equipo de consejeras de safe2choose para quienes buscan aborto.
- Proporcionar información actualizada sobre las leyes del aborto por país, al tiempo que se aboga por la despenalización para que las personas puedan acceder a servicios sin miedo a ser criminalizadas.
En lugares como América Latina, el Sudeste Asiático y África Occidental, el enfoque de reducción de daños es —y a veces la única— opción viable para salvar vidas.
No obstante, para ser realmente efectivo, este modelo debe ser interseccional y tener en cuenta factores como el riesgo legal, las desigualdades de clase y el racismo que determinan quién puede acceder al SMA y quién no.
En el fondo, la reducción de daños le dice a quien busca abortar: Confíamos en ti. Mereces cuidados. Eres capaz. Mereces estar segura.
Aborto autogestionado como herramienta de cambio social
El aborto autogestionado es más que una opción médica. Para muchas personas, es un acto político, un acto feminista y una herramienta de transformación social. Es una forma de recuperar la autonomía corporal frente a las instituciones que buscan controlar nuestros cuerpos.
De muchas formas, el aborto autogestionado no solo desafía el estigma social, sino también estructuras como:
- El patriarcado, que considera a las mujeres y personas con capacidad de gestar como incapaces de tomar decisiones.
- El control médico, que supone que la seguridad solo es posible si hay un profesional de salud involucrado.
- La criminalización, que continúa tratando a quienes abortan y a quienes apoyan como criminales.
- El colonialismo, ya que muchos países del Sur Global heredaron leyes restrictivas sobre el aborto de sus colonizadores.
En países restrictivos, el aborto autogestionado puede verse como una forma de protesta política y resistencia frente a sanciones del Estado. Para quienes viven en países más liberales, puede ser un recordatorio de que la atención en salud no comienza ni termina en el consultorio médico: también puede darse de forma segura y efectiva en la privacidad del hogar.
Reformando los sistemas de salud a través del aborto autogestionado
El aborto autogestionado también evidencia la necesidad de reestructurar los sistemas de salud para que sean más éticos y eficaces.
La atención tradicional al aborto suele anteponer leyes, médicos e instituciones por encima de la persona que busca abortar. En cambio, el aborto autogestionado pone el foco en las necesidades de la persona, respetando su autonomía. En lugar de ver el aborto autogestionado como una amenaza, los sistemas de salud podrían imaginar un modelo descentralizado, centrado en la persona y basado en la confianza.
Un sistema de salud reformado mediante el SMA podría incluir:
- Respeto por la autonomía corporal: Los sistemas y proveedores reconocerán que la persona que busca abortar es plenamente capaz de tomar decisiones sobre su propio cuerpo, y pasarán de un modelo de atención basado en el “permiso” a un modelo de “acompañamiento”, donde el enfoque esté centrado en la persona que busca abortar.
- Construcción de comunidad: Colaboraciones con grupos feministas, colectivos de salud sexual y reproductiva, doulas y redes de acompañamiento al aborto garantizarían una experiencia completa.
- Atención centrada en la persona: Se priorizaría la seguridad y el consentimiento, ofreciendo distintas rutas de atención especialmente para quienes están en contextos desatendidos.
- Salud digital: Los sistemas de salud podrían desarrollar e invertir en herramientas como Ally, la chatbot de aborto seguro o Myka, la chatbot que brindan atención segura y con enfoque en la privacidad.
Esta reforma no se trata de reemplazar la atención clínica del aborto, sino de proveer un cuidado respetuoso, digno y seguro para quienes deciden abortar. Si tú o una persona proveedora de salud está interesada en adquirir herramientas para brindar una atención centrada en la persona, puedes inscribirte en nuestro curso gratuito en línea para profesionales médicos.
Conclusión: Un futuro basado en derechos para la atención del aborto
El aborto autogestionado (SMA) es mucho más que una “última opción” o una “segunda alternativa”. Representa lo que la atención del aborto podría y debería ser: un acto empoderador y autónomo para quienes deciden abortar.
Para creer verdaderamente que la atención reproductiva es un derecho humano, el aborto autogestionado debe considerarse un pilar fundamental del acceso al aborto. Apoyar el aborto autogestionado es apoyar un futuro en el que las leyes no perjudiquen, sino que respalden; donde la elección no sea vista como un privilegio, sino como una base mínima para cualquier persona que pueda quedar embarazada.
El futuro de la atención del aborto es —y siempre será— despenalizar, desmedicalizar y, sobre todo, confiar en las personas que están en el centro de esta experiencia. Quienes ya han tomado la decisión de abortar no deberían necesitar permiso para ejercer su autonomía sobre su propio cuerpo.
Si tú o alguien que conoces ha decidido autogestionar su aborto médico desde la comodidad de su hogar, nuestra serie de videos sobre aborto autogestionado es el recurso perfecto para saber qué hacer: desde cómo confirmar el embarazo hasta qué hacer después de usar las pastillas abortivas. Además, Ally puede acompañarte durante todo el proceso con información segura y sin juicios.